sábado, 8 de mayo de 2010

El retrato conceptual

Bacon parecía preguntarse sobre lo que hay detrás de la apariencia o, si no hay apariencia ¿que hay?

        El pintor dice: "la mayor parte de un cuadro siempre es convención, apariencia, y eso es siempre lo que intento eliminar de mis cuadros. Busco lo esencial, que la pintura asuma de la manera directa más posible la identidad material de aquello que representa. Mi manera de deformar las imagenes me acerca mucho más al ser humano que si me sentara e hiciera su retrato, me enfrenta al hecho actual de ser un ser humano, consigo una mayor cercanía cuanto más me alejo.
        Despojamiento de la consistencia imaginaria, Bacon encuentra al ser cuando se desentiende de la apariencia, el vacío en el que se construye, la existencia, lo que llama el "accidente" a partir del cual surge el cuadro.
        Pero llegados a este punto, ¿que es lo que surge?, el rostro. Para la tradicción pictórica el retrato es un género de segundo orden y tiene, además, una función emblemática: expresar la condición social  o profesional de un personaje. Para Bacon es el intento de capturar una identidad más allá de los emblemas. Ir en busca del núcleo de una identidad.
        Pinta insistentemente retratos y autorretratos, introduciendo según su estilo, torsiones y distorsiones de los ejes espaciales que dan como resultado la deformación de los rostros.

        Sin embargo, en esta misma deformación rescata el gesto personal, demarca, aísla, extrae el trazo borrando o diluyendo el resto. En todos los retratos los personajes son reconocibles.
        En el movimiento del borrado y en el momento conflictivo en el que la presencia parece a punto de disolverse rescata los rasgos mínimos diferenciales entre uno y otros personajes.
        La abstracción, la  reducción a los rasgos fisionómicos elementales, es un intento de transcribir el conjunto de sensaciones que el modelo retratado suscita en el pintor y esta reacción emocional y subjetiva condiciona el conjunto de las formas de cada cuadro dentro de un esquema lingüistico determinado.
        El objetivo es distorsionar la estabilidad del punto de vista. El retrato conceptual puede así, ser descrito como una estrategia para burlar las rutinas de la mirada, evitando las convenciones asociadas a un retrato clásico.Un intento de transformar el estereotipo de un retrato convencional, que unicamente simula la individualidad concreta en una imagen proceso donde el rostro humano aparece en los límites de su disolución, justo antes de empezar a dejar de ser reconocido, lo que abre la posibilidad de múltiples lecturas.El proceso de representación se debate en esa tensión que busca aquel momento conflictivo en el que la presencia parece a punto de disolverse.

 ¿Cómo hacer un retrato? ¿Hay posibilidades ciertas de concreción o en un fluir puro de especulaciones?. Todo hombre se construye por sus palabras, por lo que dice y se dice de sí mismo. El relato de un hombre sobre sí mismo es lo único que poseemos para construirlo.

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