jueves, 27 de mayo de 2010

En busca de lo real

Ya en el siglo XVIII Franz Messerschmidt mostró fascinación por transmitir a través de la escultura numerosas expresiones exageradas que no pasaron desapercibidas hasta el punto de ser considerado un loco.

En los tiempos que corren  y en pleno siglo XXI esto no causa repudio si no fascinación e incluso miedo por lo que es y no real. Se abre paso a lo que hoy en día recibe el nombre de esculturas hiperrealistas, nos encontramos aquí ante un regreso hacia el tipo más conservador de escultura representacional.
Escultores hiperrealistas más conocidos son:
Jhon de Andrea


                                                                             Segal
                                                                    Adam Beane

                                                                 Duane Hanson
Jamie Salmon
                                                                  Evans Penny

                                                                 Ron Mueck

Y en el que voy a centrar mi comentario:Richard Stipl, presente parte de su obra en ARCO 2006.
Numerosos bustos nos recuerdan a los trabajos de Franz messerschmidt cuyo afán de máxima expresión se ve reflejado en cada uno.Su exquisita precisión con los materiales de fibra de vidrio, cera o silicona lo hace admirable.

Con sus obras podemos urgar sin vergüenza los detalles de un cuerpo desnudo, mirarse a uno mismo
discretamente y verificar que compartimos nuestra piel con la de una escultura, nos hace sentir
una sensación de miedo hacia lo que el hombre hoy en dia es capaz de hacer.
Sus obras han sido exibidas en Toronto, Montreal, Nueva York, Miami, Berlín, Los Ángeles, Madrid,Sttutgart, La República Checa y en la ciudad de México y están incluídas en importantes colecciones públicas y privadas de todo el mundo. Tras una breve etapa como pintor se dedicó a crear estas aterradoras esculturas en cera a un cuarto de la escala natural que han capturado la atención de los medios de comunicación y los críticos de arte.
Este escultor busca el perfeccionamiento del cuerpo a través de su recreación infinita, obsesiva y casi sádica, con cada obra estimula su renacimiento.Todas sus obras son de autorretrato, y para ello no utiliza la fotografía si no a través de un espejo capta su imagen y la plasma de manera increible expresando de manera íntima repulsión asco, horror, ternura, agitación miedo y hasta lástima.
Su última obra Bloc Sabbath tiene una fuerza narcisista que golpea cuando la miras.Resume la desesperación con la que deseamos diferenciarnos de aquellos humanos que hacen cosas que nosotros nunca haríamos. Evoca violencia, al humano vejado y sometido por el mismo humano. Se centra en nuestra naturaleza indefinida, en los estados transitorios y en el acto paradójico de crearse a uno mismo durante la vida, con cada instante.Invita también a reconsiderar tanto el papel de las fronteras artificiales como las categorías de elección que definen las actitudes y los enfoques contemporáneos sobre la creación y el consumo del arte.
Investiga en su obra Breath, you fucker las relaciones confusas entre las élites y las sociedades ocultas.La marcas antiguas que han dejado la sociedad en cada humano salen a la superficie, expuestas sobre la piel de sus representaciones humanas haciéndolas permanentes.Deja al descubierto la alianza que tenemos con lo caduco, lo obsoleto de los sistemas y la manera en la que se legimitan a través de rituales ocultos más íntimos. Su forzada visibilidad extrae esas marcas bruscamente del inconsciente colectivo e individual para someterlas al escrutinio y al enjuiciamiento público.
A través de sus obras Richard Stipl documenta la tendencia mundial y paranoica de la crítica política, los rostros alteran expresiones de alegría y sufrimiento que no pasan desapercibidos representando aspectos de nuestras identidades polivalentes, dialécticas y dependientes de fuerzas que están en constante oposición.De este modo el autor "llama la atención" sobre la fragmentación dolorosa de la sociedad contemporánea y expone la constante guerra y la convergencia de las fuerzas identitarias desde lo interno de cada individuo.

domingo, 23 de mayo de 2010

El negocio del arte es un sistema de celos

Por Adolfo Vásquez Rocca

 "El registro, la documentación y el tránsito de obras se ha emancipado del fetiche sacralizador del Museo. La consigna de Adorno del museo como mausoleo anunciaba ya la puesta en circulación de las obras, su operación de fuga o salida hacia el público por otro medio, hacia la interactividad que la Web posibilita; la de sus galerías virtuales, sus espacios telemáticos, sus portales de arte y revistas digitales.

Esta insubordinación de las obras, y el abandono del museo, ha radicalizado la desconfianza de la institucionalidad del Arte sobre los medios y tecnologías digitales. De allí que la industria cultural haya tomando recaudos respecto de los derechos a la exhibición, la propiedad intelectual de las imágenes –sometiendo cada vez más a la cultura a una lógica mercantil y del espectáculo– socavando con ello el potencial crítico de la producción visual, convirtiéndola en una práctica soft y cosmética, políticamente correcta. La institucionalidad cultural se dota así de sus sistemas inmunológicos para reeducar el exabrupto y librarse de las cáusticas estrategias con la que los artistas han querido instalar debates política y socialmente relevantes en la agenda iconográfica del inconsciente colectivo del continente.

Pese a todo –no somos ingenuos– el negocio del arte es un sistema de celos. En él la función de las obras consiste en convertirse en objetos de deseo. En cuanto una obra atrae el deseo, aparecen a su lado las rivales queriendo apropiarse del anhelo de que disfruta. En todos los objetos brilla el anhelo de los otros. El mercado los hace sensuales, el hambre de deseo los hace bellos, la obligación de llamar la atención genera lo interesante.
Desde hace dos siglos está en marcha el aburguesamiento de la codicia. Tras la alta burguesía, esa codicia también ha abierto una creciente sensualidad a las clases medias.[...] La cuestión ya no es la de ser pintor, vídeoartista o instalador, la de manejar los medios del arte, sino que la cuestión es la del estar-presente y más aún, de ser visible en la escena de los medios. De este modo, tenemos que la posmodernidad no produce tanto un nuevo arte como arte para un nuevo medio. [...]Paralelo a estas elitistas prácticas mercantiles y al obsceno gusto decorativo e indigesto en auge, se produce una tendencia a aligerar el Arte de su contenido crítico, de su actitud transgresora, innovadora y –por momentos– corrosiva, se trata de una particular tendencia a despolitizar y abaratar conceptualmente el Arte, restándole toda fuerza de ruptura e innovación. El arte contemporáneo ha dejado de ser cáustico como lo fueron las vanguardias de principios del siglo XX. No debemos ser ingenuos y pensar que el arte de hoy ha  roto radicalmente con la tradición sacralizadora de las Bellas Artes del siglo pasado, hacerlo significaría subestimar cándidamente la habilidad con que el sistema de convenciones institucionales ha logrado reingresar constantemente el gesto iconoclasta al inventario calculado (razonado) de las desviaciones permitidas, para neutralizar el ademán irreverente y reeducando el exabrupto."  

Texto completo en : http://replica21.com/archivo/articulos/u_v/542_vazquez_abandono.html

Hay un curiosa relación entre el arte y el entretenimiento parecida a la que hay entre ciencia  y tecnología. La industria del entretenimiento se alimenta del arte.

El mundo cultural, que en teoría deja libertad al creador y luego en posesión del objeto artístico producido busca la porción del mercado que pordría estar interesado en él, tiene unos grandes márgenes de incertidumbre, un riesgo bastante inaceptable.

Esta costumbre aristocrática del coleccionismo de arte, heredada de la burguesía, financió la creación y el desarrollo de museos e instituciones de fondos públicos, generadores a su vez de carreras universitarias especializadas y una industria editorial de sucedaneos ( no originales ) para pequeños burgueses,  prestigio social a quienes se interesan por el arte y poder a aquellos poseedores de los objetos.

Todo esto me trae a la cabeza una conversación con mi padre hace años ya , en la que discutíamos sobre la necesidad de la existencia de artilugios como los Ferrari y demás coches de lujo. Mi padre  como buen gallego me respondía " no te preocupes de las cosas de los ricos...hasta que seas rico"

¿ acaso se ha convertido el arte en el eufemismo del ocio ? Tal vez lo fue siempre. 
El arte es lo que es, a todo lo que se sale de ese mercado tendremos que buscarle otro nombre.

Hugo A. González Santeiro















sábado, 8 de mayo de 2010

Antiestética

Lo horrendo, grotesco y desconcertante, lo atrozmente impactante también puede ser bello. la representación de una tortura o de un suplicio humano ¿puede ser bella?. ¿Se puede obtener placer incluso goce sexual del dolor ajeno o incluso del propio?(Marqués de Sade, Leopold von Sacher-Masoch). Esta reflexión estética y su aplicación en las obras de arte aparece con el prerromanticismo del siglo XVIII y se acentúa con el romanticismo de XIX. Edgar Allan Poe demustra como el principal objetivo del arte es provocar una reacción emocional en el receptor. Lo verdaderamente importante no es lo que siente el receptor, sino lo que hace sentir al receptor de su obra, que debe ser condicionado de manera que su imaginación sea la que construya el mensaje que transmite la obra, sin necesidad de que el autor lo exprese directamente, si es que realmente la obra tiene un solo significado o solo el objetivo de que el receptor imagine. No sólo poemas de ambientación siniestra, sino también escenas grotescas, desde crímenes sádicos, al terror más costernador. El arte contemporáneo no buscó principalmente la belleza serena o pintoresca, sino también lo repulsivo o melancólico, o provocar ansiedad u otras sensaciones intensas como El Grito de Edvar Munch y en movimientos como el expresionismo y el surrealismo. Se rechaza el arte vacío, que no busque una emoción en el receptor ya sea una reflexi.on o un sentimiento, incluidos la angustia y el temor.

El retrato conceptual

Bacon parecía preguntarse sobre lo que hay detrás de la apariencia o, si no hay apariencia ¿que hay?

        El pintor dice: "la mayor parte de un cuadro siempre es convención, apariencia, y eso es siempre lo que intento eliminar de mis cuadros. Busco lo esencial, que la pintura asuma de la manera directa más posible la identidad material de aquello que representa. Mi manera de deformar las imagenes me acerca mucho más al ser humano que si me sentara e hiciera su retrato, me enfrenta al hecho actual de ser un ser humano, consigo una mayor cercanía cuanto más me alejo.
        Despojamiento de la consistencia imaginaria, Bacon encuentra al ser cuando se desentiende de la apariencia, el vacío en el que se construye, la existencia, lo que llama el "accidente" a partir del cual surge el cuadro.
        Pero llegados a este punto, ¿que es lo que surge?, el rostro. Para la tradicción pictórica el retrato es un género de segundo orden y tiene, además, una función emblemática: expresar la condición social  o profesional de un personaje. Para Bacon es el intento de capturar una identidad más allá de los emblemas. Ir en busca del núcleo de una identidad.
        Pinta insistentemente retratos y autorretratos, introduciendo según su estilo, torsiones y distorsiones de los ejes espaciales que dan como resultado la deformación de los rostros.

        Sin embargo, en esta misma deformación rescata el gesto personal, demarca, aísla, extrae el trazo borrando o diluyendo el resto. En todos los retratos los personajes son reconocibles.
        En el movimiento del borrado y en el momento conflictivo en el que la presencia parece a punto de disolverse rescata los rasgos mínimos diferenciales entre uno y otros personajes.
        La abstracción, la  reducción a los rasgos fisionómicos elementales, es un intento de transcribir el conjunto de sensaciones que el modelo retratado suscita en el pintor y esta reacción emocional y subjetiva condiciona el conjunto de las formas de cada cuadro dentro de un esquema lingüistico determinado.
        El objetivo es distorsionar la estabilidad del punto de vista. El retrato conceptual puede así, ser descrito como una estrategia para burlar las rutinas de la mirada, evitando las convenciones asociadas a un retrato clásico.Un intento de transformar el estereotipo de un retrato convencional, que unicamente simula la individualidad concreta en una imagen proceso donde el rostro humano aparece en los límites de su disolución, justo antes de empezar a dejar de ser reconocido, lo que abre la posibilidad de múltiples lecturas.El proceso de representación se debate en esa tensión que busca aquel momento conflictivo en el que la presencia parece a punto de disolverse.

 ¿Cómo hacer un retrato? ¿Hay posibilidades ciertas de concreción o en un fluir puro de especulaciones?. Todo hombre se construye por sus palabras, por lo que dice y se dice de sí mismo. El relato de un hombre sobre sí mismo es lo único que poseemos para construirlo.

lunes, 3 de mayo de 2010

Beuys

" Estoy interesado en la distribución de vehículos físicos en forma de ediciones, porque estoy muy interesado en la difusión de ideas. Aunque parezca que estos objetos no son capaces de producir un cambio político, creo que de ellos emana mucho más que de las ideas que son directamente reveladas(...) Esta es la razón por la que la frase Todo hombre es un artista se convierte en algo interesante. Y esto es precisamente lo que la gente puede experimentar con estos objetos. ellos se dan cuenta de que todo el mundo es un artista, porque muchos se preguntan algo similar(...)significa sencillamente que todo ser humano es un ser creativo, que es un creador, y mas aún, que puede ser productivo en muchos casos. Para mi es irrelevante si el producto procede de un pintor, un escultor oun físico"

Reflexiones de un joven sobre la elección de su profesión

Carta de Marx a su padre

Después de Platón, Borges y Vaihinger.

La realidad se nos ofrece a los sentidos en forma de percepciones. La relación entre estos fenómenos, alimentada por la curiosidad, organiza una serie de supuestos, de invenciones, de ficciones, es decir, de hipótesis que tenemos que validar, legitimar en base a otros datos recogidos en otras observaciones.
 Toda teoría tiene como base la ficción. Partimos de unos supuestos que creemos lógicos y que ordenamos de forma lógica para que lo que nos rodea cobre sentido en nuestro mundo. El orden establecido en las sociedades humanas es ficticio, valores creencias científicas o místicas, economía... todo son supuestos elaborados por una historia reinterpretada y reescrita.
La ficción se alimenta de la realidad. Las formas, las relaciones, se crean en torno a lo sensible, sea tangible o intangible, creamos a partir de algo que consideramos real. Esta realidad, siempre humana, ya que esta en nuestra mente es una proyección que aprendimos a codificar y descodificar en base a unos criterios previos y consensuados, en base a una ficción. Podemos relacionar esta teoría con la visión platónica del mundo: somos conscientes nada más de aquello que podemos captar a traves de los sentidos, vivimos en una realidad mental, en una creación psicológica, en un reflejo de lo que Platón llamaba Mundo de las Ideas. El ser humano vive intentando responder a sus propias preguntas; necesitamos creas un orden descubrir cada uno de los por qués que se nos ocurren. Así, nos inventamos una pregunta y nos inventamos su respuesta.
La ficción es el origen de la creación humana, de la "evolución" del conocimiento, lo que hoy es ficción mañana puede formar parte de la realidad tangible. La ficción es tan real como lo que se nos ofrece a los sentidos.
La ficción es útil, necesaria,  indispensable.Sin la capacidad de imaginar el ser humano sólo conocería el azar. Es la capacidad de relacionar conceptos de formas novedosas lo que nos hace los que somos. La interactuación con el medio y entre nosotros es una ficcion. La ensoñación que nos permite escapar de esa realidad es una ficción. El lenguaje es una ficción. La ciencia es una ficcion. La mística es la gran ficción. La historia es la ficcion máxima. Las artes la ficción de las ficciones. La ficcion es util, necesaria, indispensable.

Alicia Fieira Senra. P2

martes, 27 de abril de 2010

corred insensatos!

El papel de esteta que supuestamente represento en este blog ha sido propuesto para realizar unas jornadas de expedición en el continente africano. La duración de éstas estimo que será de unas tres semanas, con posibilidad de cambios. Os pide disculpas por su repentina desaparición e intentará seguir participando en este experimento a través de correo postal, siempre y cuando le sea posible. Las cartas, si las hubiera, serán enviadas a la dirección de la facultad, especificando en el exterior del sobre el apartado de "experimento      arte y contemporaneidad grupo P2"
Mientras tanto, yo, liberada del personaje, seguiré el experimento, pero ya solo como espectadora.

un saludo
Quione

lunes, 19 de abril de 2010

Tao Tê Ching (El libro del recto camino)

Cuanto más lento e inactivo sea un gobierno, más feliz y próspero será un pueblo.
Cuanto más exigente sea un gobierno, más a disgusto estará el pueblo, pues en el sufrimiento se forja la felicidad, y en la felicidad se esconde la desgracia.
¿Cómo conoceremos al mejor gobierno? Sólo cuando este no aplica correctivos. De otro modo la rectitud se convertirá en astucia, y el bien, en mal.
Los hombres han ignorado por mucho tiempo estas verdades.
Luego el Sabio es afilado, pero no corta;
Anguloso, pero no hiere;
Recto, sin imponer su rectitud;
Brillante, sin deslumbrar.

Lao-Tsé

domingo, 11 de abril de 2010

"No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera de la imaginación" dijo André Bretón en su primer manifiesto Surrealista. Los artistas y la amabilis insania, esa locura amable que les caracteriza, volviéndoles seres fascinantes o repugnantes, dignos de admiración o repudio; todo depende de sus creaciones, todo depende de quién les mire.

martes, 16 de marzo de 2010

¿ Quiero ser una máquina ?

Ha pasado mucho tiempo desde que Warhol pronunciara dicha sentencia: “quiero ser una máquina” y muchos se apuntaron y siguen apuntándose a esa máxima.

Parece que nos encontramos en una especie de clonaje infinito. Los artistas trabajan ya no en base a esa función utópica que debería seguir teniendo la utopía, si no en función de unos valores económicos y comerciales: la mercancía absoluta.

Se han reciclado todas las formas de la modernidad convirtiendo los museos en lugares de almacenamiento estético, y el mercado del arte en un parque de atracciones para pudientes (si es que en algún momento fue otra cosa) de tal forma que en realidad uno puede salir de una “feria” de arte escuchando las mismas conversaciones que si se da un paseo por el mercadillo de la Verdura : “ esto me gusta…esto está carísimo… esto no me convence demasiado…” ¿una competición estética de lo más banal? Las pocas diferencias que uno puede encontrar dejando a un lado los nombres y los precios… es que lo que te encuentras en el mercadillo bien podría encontrarse en un museo, pero no al contrario.

Hemos conseguido en la modernidad, y posteriormente lo hemos sacralizado, que el objeto en un museo sea considerado arte, de manera que si no es así, o no entiendes de arte, o no estás a la última, o no entiendes la complejidad de la “conceptualidad” que intenta transmitir la obra debido a tu ignorancia respecto a la vida del artista pues no aparece en artnet … FALSO. Dicha afirmación es tan falsa como la es esa supuesta obra de arte. Pero no voy a entrar en la interminable discusión de la finalidad de la obra de arte, o si el arte realmente conoce su finalidad si es que la tiene o la tuvo.

Si aceptamos esta falsedad en la que se ve ahogado el mundo del arte contemporáneo, nos encontramos ante un disfraz, o una falsa venta. Nos venden como arte la vulgarización del objeto/obra, lo que nos deja en una posición de servidumbre, de admiración colectiva hacia unos “objetos” que no hacen más que producir incontables beneficios de los que no tenemos ni la menor idea de a dónde van a parar. Y quizás sea mejor no investigar lo suficiente como para averiguarlo.

Esta vulgarización de las obras va mucho más allá de las obras museísticas y tal vez se entienda mejor con otro ejemplo. En el mundo/negocio/mercado de la música , los “artistas máquina” parece que beben de una fuente inagotable de recursos repetidos hasta la saciedad y sin embargo recibidos por el público como innovadores. Es entonces el “ hombre masa” que muy bien describe Ortega y Gasset el que se deja controlar, o a la vez es ese mismo hombre/consumidor el que dirige sin darse cuenta el mundo de la llamada cultura.

Nos encontramos en la espiral infinita de lo Kitsch… todo tiende, valga la expresión a “artistificarse” , y a “culturizarse”, todo es arte y cultura a la vez… un gran problema. Si se entiende como cultura todos aquellos acontecimientos relevantes llevados a cabo por una sociedad, y que por ello pasan a la historia, pues evidentemente la cultura es muy amplia, y claro, Sabina es cultura y arte, la fiesta nacional es cultura y arte, Rock in Rio es cultura y arte, y los museos son cultura y arte, en todos ellos están los artistas y describen nuestra cultura, o nuestra "industria cultural”... sólo que a diferentes precios.

Como hombre–masa puedes disponer de la obra de Sabina y disfrutar del tremendo placer de una corrida de toros, pero para disfrutar de un Warhol, tienes que entrar en una galería o en un museo, que son los que administran esos “ bienes artísticos”

En conclusión...los artistas del Renacimiento pensaban que hacían pintura religiosa y en realidad estaban haciendo obras de arte… ¿ qué hacen ahora los que creen hacer nuevas obras de arte? ¿ dónde está el “arte”? ¿ en qué punto se encuentra de su existencia? Tal vez no asistimos más que a la decadencia, a los últimos coletazos de lo que hasta ahora conocíamos como tal.

Si es cierto lo que Baudrillard dice, no nos queda más que sentarnos y presenciar el fin:

“el arte condenado a esta ideología fetichista y decorativa deja de tener existencia propia, se podría decir que nos encaminamos hacia la total desaparición del arte como actividad específica”



Hugo A. González Santeiro a 13 de Marzo del 2010.